AmIgO

Amigo, nadie deja a nadie sólo en la penumbra de un desierto filoso...
Ni siquiera cuando la tzitzimitl de una ruma de libros parece estar observando los dedos que se mueven como colibríes siniestros, por la superficie de teclas blancas...
Sólo el tiempo dirá compañero porqué aguardamos tanto para deshacernos en astucias virtuales, en imaginarios gloriosos que se culebrean por la web.
La WEB, aquel espacio construido por la mente académica y destinado a la segregación de los espacios de intelligentzia norteamericana.
Bueno amigo, me retiro porque la Tzitzimitl pareciera mirarme con sus ojos rapaces y en cualquier momento se desenrrolla como un fuelle y salta sobre mí...