Annionghada

Más cagado que intérprete coreano en Irak nos hallamos...
Deseamos por tanto tiempo que nuestras lenguas de fuego a modo de apostólicas serpientes de la razón y el absurdo se enroscaran por el aire como eternas juntas copulatorias, como la realidad que se transforma en vórtices de caracola, y en cada intrincado vericueto de aquellas escaleras de simbología y representación, nosotros nos amancebábamos con nuestras propias ansias, con el almíbar del descubrimiento.

Ahora cuando al coreano le degollan las mariposas del cuello, y de su aliento hostigado brota los dontwannadie, atisbo la vieja nomenclatura, aquella que dice que no sólo por la comunicación eficaz nuestros cuerpos traspasaron las aulas, sino también porque la comunicación es el poder que mueve las mecánicas de la destrucción y la guerra.

Kim Sun Il, un pequeño mártir de la interpretación y de la traducción allí yace bajo el influjo poderoso de Alah y recogido por las ancas escatológicas de Mohammed. Jihad pa' los culiaos, pero también mourning time for those who are quiet.