Que chucha estos culiaos. Tercera parte

Las mis pajas que me mande en mi pieza me redimiran algun dia de mis pecados. Con ortopedia parlante, la madre de todas las perras lingüísticas sostiene su báculo persevere. Algún día será comprendida con un megalito encima. “ Y pico para todos” dirá su epitafio. Honoris Emblematis. Aquella justificación escrita proporciona agrado al escuchar la discriminación errónea del alumno, y dice “¿Qué Chucha?” con su cara de pendejo odioso. El profesor interpela al individuo con el motivo de integrarlo a la clase enviándole semas que se esparcen por el espacio de la casa como humo fatuo de pitos incandescentes.
Escribiremos con pesar acerca de las ultimas letras de la alianza con Dios, Requetecontrapactada, después de cientos de Mesíases apócrifos, creados bajo el dolor de los pobres culiaos. Sus espaldas torcidas se mueven obnibulentes a través de los páramos, intentando decir nada por aquello. Simplemente augurando el fin de los tiempos. Como esperando al viejito pascuero; así esperan los pobres la próxima muerte; con mariposas en la guata. La ciega obtrusa condole a sus pares por la catástrofe que se avecina. Ellas ya murieron, y sus almas recorren los pueblos errantes. Sus huellas ya no estan en la arena, sino en la conciencia putrefacta de sus asesinos. Aquellos perdonados e incluso idolatrados por matar a unos cuantos culiaos. Nos destruyeron los animos de regir eternamente sobre la materia.