Ya no es lo mismo

No, ya no somos tan miserables... después de todo, hemos entrado en la vorágine del progreso, la tecnología, la virtualidad... ahora nos solazamos frente a una pantalla, en nuestro onanismo culpable y solitario.
Ya no somos los mismos, desde que decidimos cruzar la frontera de lo perdurable, nos hemos convertido en una pesadilla perenne en este espacio-universo digital...

Nunca más nos veremos forzados a injuriar nuestros dedos callosos con un lápiz agonizante, ni a repartir nuestros inventos entre manos sudorosas y corrosivas, no habrá más hojas de papel oxidado guardando un tesoro efímero.

Pronto observarán la más portentosa obra salida de este antro de voluptuosas miserias. Presenciarán el nacimiento de nuestro grito más agudo de miserabilidad inacallable.

Aquel objeto forjado por nuestras mentes enfermas tendrá forma, aspecto y peso propio. Deambulará por las vitrinas (bookshelves) del mundo orgulloso de su estirpe.

Mas llegará el día de su ocaso, cuando unas viles manos atribuladas por el impulso aséptico toquen su delicadas hojas amarillentas con movimiento torpe, las desgarren en un manojo entre dedos trémulos y las froten con fruición contra aquella masa amorfa, maloliente e innombrable que cada día damos a luz.

Sólo entonces, aquella obra viviente entenderá su miseria y su destino. Comprenderá la quintaesencia de lo que hasta entonces no conocía.

La caca, su hermana política, hecha una con su cuerpo y arrojada a la alcantarilla, le habrá dado la bienvenida a la realidad: nunca hubo más virtud en su interior, que la que pudo haber existido en las hojas garabateadas de una vil revista universitaria, críptica y privada, perdida en los confines de un bolsillo plagiador.

ACTKK