Incompleto tropo marciano me atrapa con sus giros de alteridad cósmicas, yo quisiera develar aquellos misterios que me hicieron resguardar tras el...

Todo había sucedido muy pronto.
Yo jugaba con una literatura extranjera o con un tropo marciano, eternos ejercicios increíbles de culturas foráneas. Y así fui descubriendo nuevas formas de expresar la rareza, de haberme un nombre en el espejo del absurdo.
Como robot asimoviano iba manifestando:
QUIERO SER LA MEDIDA DE TODOS MIS PARÁMETROS, LA CUENTA FINAL DEL DESTINO.
Como el Data Latinoamericano de un Estar Trec Mula, iba describiendo la aventura astrocolonialista, de un cerdo científico, gracias a su chip rae-fija-limpia-da-esplendor.
Jesús caga planetas en la neo-religión, y la crucificción es una galaxia envenenada con los gases de los astro-puertos. ¿Existía la tierra, aquel rizoma de la comunicación perfecta...?
¿O la máquina del destino no era más que una quimera de ansias fatalistas?

Comenta!:

Blogger Hipólito dijo...

no gusto de hablar con un computador, menos si tira versos. me place tu escritura. ¿hablemos?
thanatos.matias@gmail.com

8:06 p.m.  
Publicar un comentario

<< Pa la casa!