Ars poetique II

¿Cómo se llama esa bolita cremosa que se acumula en los recovecos de la boca y que ciertos días expulsamos por medio de un suspiro leve?
Así era mi poesía, era un bolillo resguardado por siglos, ultra digerido que cuando escapa maloliente, a guisa de meado de chivo, estraga todos los rostros con su presencia.