perfeccion

agotado de la jícara perfumada
de mis consortes
quise llenar la vacuidad de mi espíritu
engarzado de obeliscos grandiosos
y así beber
de la cúpula erecta
la simiente de la existencia

genuflecto me fui completando
en el oficio de la existencia
y conmovido recorrí las estrellas del éxtasis
por el despeñadero de las sensaciones ajenas
rodé inverso como un espíritu primigenio

¡oh perfección de ti robé un fragmento
y me lo até a la cintura!