Mis dulces tías

Así eran mis tías
sacos de insensibles huesos
de carnes petrolíferas
y ojos desorbitados
Se glorificaban con relatos
descabellados de hombres
torturados por huestes
de asesinos.
Añoraban muñecos de paja
que saqueaban países
y bebían con sus manos

Rezando entre bolas de rosario anal
por la venida de otro incendio
pronunciamiento le llamaban
como si en la palabra hubiese engaño
y se reían de buena gana
al ver los rostros adoloridos
y los carteles de otras madres
implorantes
¿No vaya a saber que eso no es cierto?
decían, con sus gargantas profundas
de hálitos vaporosos, de humos infecciosos
¿Esa no sabe que su marido está en el Caribe?
Defecando su humanidad de mujeres derrotadas
de mujeres decerebradas
por tantas órdenes de sus machos
por tanto golpe de su padre castigador
iban desarmando esperanzas
de otros
porque ellas ya no tenían ninguna.