El beso de la noche

El beso de la noche
me atrajo nuevamente hacia ti
pero tú me rechazaste...


En vilo me suspendí de la razón,
pero aquí no hay estructuras
que nos sostengan.

Aquí no existen esas vigilias
que pudieron hacerse eternas
en las postrimerías
de los anhelos occidentales.

Aquí solamente hay sitios
eriazos plagados de buenas intenciones,
imágenes de gatos y perros
que intentan despertar
nuestros instintos paternos

En medio de la gran cordillera
redonda de constricciones
nos hemos aherrojado
al pavimento
caliente del verano.

Indecisos recorremos
un sendero que se va trazando
en el momento

Olvida tu pasado, nos dijeron
los domesticadores de razones
y nos dieron un monitor
donde podíamos ver nuestros
sueños haciéndose realidad

pero para eso tuvieron que
construir nuestros sueños primeros
y luego quitarnoslos
contenerlos en programas de 45 minutos
y tirarlos a la pantalla
como colados pre-digeridos
que nos intoxicábamos por los ojos-hocicos
hartándonos ya de nuestros propios sueños
íbamos al trabajo
a recuperar aquello que se llama dignidad

pero en la pega eras solo un número más
una planilla de pagos cuadrada doscientas veces
para que no recibas el dinero que te corresponde
porque en la planicie del poderoso
nosotros somos solamente un barro necesario.

No vaya a ser que la bota se limpie el barro...
y quedes seco y enjuto bajo el sol inclemente...
eso nos decían en pantallas de miles de metros
que cubrían las calles
cubrían el tránsito
cubrían el camino de regreso
el camino de ida
a tu casa
y a tu trabajo
por siempre