Las 1000 muertes de Eleuterio Rojas - #0001

Qué triste espectáculo daba Eleuterio. Allí en el suelo como una insecto desarmado, con toda su relojería saguinolenta repartida. Por aquí las hojazas de pan y el café desparramado. Acullá las masitas que tanto le gustan a su señora y el diario vespertino que ya no podría leer. Acá mismito, el celebro goteando de a poco... quién iba a pensar que un conductor al volante giraría más rápido que de costumbre, perdería el control del vehículo, y arrollaría al pobre Rojas, quien sólo había ido a comprar el pan al súper y deseaba más que nunca rematar el viernes, la laboriosa jornada de siete días, tomando té con su esposa...

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