Miserable Student of Translation

Era una mañana cualquiera, allá en los confines universitarios, donde después de compartir un faso con mi amigo Miguel en el Pasaje Talkahuano, acudíamos a las aulas con la ilusión de deglutinar la savia misma del conocimiento teórico, el cual usaríamos cual llave Sthillson para forjar nuestro labor en oficinas de traducción, y recibir el salario prometidos por nuestra entrega a la lingüística. Y la clase comenzaba con el brillo poroso de las fotocopias en los rostros y ojos rodantes sobre los párrafos anglosajones, incapacitados otorgar significado alguno , quizás por la narcosis del momento, o por el tono oblongo y obnubilativo de la voz académica. Entonces empecé a experimentar aquel fenómeno psicológico de falseos de ordenación, voces sin cara que postulaban mi task para ser cumplido en aquel referido instante. “Pegale un combo en el hocico” enunciaba aquella voz sin tono, y en segundos, cual película de David Lynch, veia a mi triste representación mental de mi mismo asestándole golpes a la jeta docente de la tutora. Todo se veia clarito, como un film independiente, con cámaras que luchaban por mantener el detalle de la escena. Los golpes se veían como nunca, en cámara lenta, repetición instantánea, con un principal enfoque en la sangre que brotaba de los labios falsos de la profesora. Entonces, algún impulso conciente difuminaba todo con un fade out en la sala de clase y las guías de estudio, y mi esfuerzo personal de controlar este impulso invasivo de auto destrucción, luego de realizar algunos ejercicios pajeros, de tablas de flujo de mensaje, nuevamente veía la continuación de la escena anterior, en ella entonces, después de otorgar unos uppercut bien puestos en la barbilla de la docente, le pegaba un rodillazo en la boca estomacal la cual le haria caer de rodillas, y si lo incrustaba bien quizás vómitos y la pérdida del conocimiento, entonces, quizás, mi compadre lucho atinaría en su terror situacional a detenerme por la fuerza, poniendo su cara de marty mc fly ante el destino irremontable. Veo también varios close up a las caras atónitas de las compañeras y sus gritos de perjurio hacia mi persona, pensamiento que me urgía mas a resetear la mente a circunstancias menos detrimentorias para mi persona. De repente, entonces, me levanto con un impulso que me atemoriza en el momento, y de pie, en exactamente la misma locación de la película, enfrento la figura repulsiva de la docente y tiritando, enuncio con una voz temblorosa:
“may I go to the bathroom, please”“Yes you may” fue la respuesta de la profesora, entonces, entonces sago corriento a lavarme la cara, pensando que hubiese ocurrido si no me hubiese dado permiso para ir al baño

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Anonymous Anónimo dijo...

When I worked as a teacher for students of a Catholic Congregation, I used to have meetings with the other techers and with the headmistress. Two nuns shared the sessions. Whenever I saw their won face looking with that candid shine towards the students photographs that were rendered in order to recognize them, I have a double thought.

In this, myself as a novel character was portrayed on the table jerking his hate off, and casting all my dirt content over their atonit face.

Whatcha doing? they just shouted before being emaculated by the sacerd content.

Although it never happened actually, I was deeply worried. what would happened if the lobe decides to give up, and let its counterpart express freely.

Fortunately I was fired three months later...

11:56 a.m.  
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