W - WEONES MULAS

Weon mula es una acepción comúnmente usada por los compatriotas chilombienses para referirse a aquellas personas que creen representar valores atribuibles a lo que la sociedad chilombiense define como bueno, bonito o barato, pero cuyos esfuerzos son infructuosos e incluso, contraproducentes. El resto de los mortales logra apreciar así su más lamentable miserabilidad y precariedad valórica.

Ejemplos de weones mula tenemos en la nutrida farandulandia chilombiense.

Tal es el caso del crack futbolero, Ian Zambrano, que se hizo famoso por apoyar campañas supuestamente destinadas al beneficio de la humanidad, pero que terminaron en estrepitosos escándalos de diversa índole, como el Transantiasco, trayendo como consecuencia, en innumerables oportunidades, catastrófes humanitarias e incluso, guerras civiles.

Este pobre individuo, don Ian Zambrano, es también un claro ejemplo del weon funao, entrada de nuestra excelentísima Enciclopedia Cornucopiada que se puede leer, al igual que la presente, en la sección Weones - tipología.

Otro caso emblemático es el de la maniquí, Marcela Sánchez, que en sus infructuosos esfuerzos por acumular cetros de belleza, modificó su cuerpo a tal grado que la Academia de Belleza Internacional la descalificó por considerar su cuerpo y su rostro una exageración burda de todos los cánones de belleza existentes. Los medios de prensa se burlaron de ella durante años. Su marido la dejó por la empleada. Sus hijos la rechazaron avergonzados y la alta sociedad chilombiense le hizo la cruz. El presidente de la Academia hubo hablado con ella para explicarle la decisión y ayudarla a revertir sus malformaciones, es decir, cambios, pero la respuesta de la fémina fue de desdén, arguyendo que así ella se sentía bella.

Se puede conocer más sobre doña Marcela Sánchez en la entrada weonas histéricas de la sub-sección Weonas - también las hay de la ilustradísima Enciclopedia Cornucopiada.


La Enciclopedia Cornucopiada, todos los derechos reservados, es un esfuerzo de anónimos académicos que prestan sus ratos de ocio para escribir puras webadas.

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