Tatuaje
Cuando tenía 15 años descubrí una colección de revistas pornos en el taller donde trabajaba mi papá. Encontrarlas fue sencillo. En el taller había dos gabinetes con las tapizadas de fondo a tope con carteles y calendarios de mujeres desnudas y un tercer gabinete que tenía muy pocas. Detrás de esa inocente fachada, se ocultaban las revistas pornos.
Eran principalmente revistas extranjeras. Italianas con fotonovelas y mujeres de entrepierna peluda. Gringas con historietas pornográficas. Y había una que me llamó especialmente la atención que era de japón y tenía todas las tulas censuradas.
Sabía que era de japón, porque mi primo me había regalado hacía unos años un diccionario de japonés para poder escribir mi primera novela de ciencia ficción sobre un viajero en el tiempo que regresa a Hiroshima a rescatar personas, pero como nadie le creía decide rescatar perros vagos con una carreta. La novela nunca la escribí y tampoco nadie se salvó en Hiroshima.
Los símbolos y los dibujos de la revista porno me interesaban tanto como las fotografías de desnudos. Me fascinó un dibujo de una mujer que era recorrida por reptiles. Recorté algunos páginas de la revista y la dejé en su lugar para que mi papá no me descubriera.
Dos años después, llegó un amigo que era al mismo tiempo compañero de curso y vecino y me comentó que un compañero de liceo estaba aprendiendo a hacer tatuajes y necesitaba practicar.
Mi amigo decidió hacerse una rosa atravezada con una espada y yo decidí tatuarme alguno de los símbolos japoneses de la revista de mi papá. Al azar escogí el que me pareció más harmónico ignorando su significado.
Me lo tatué en la parte interna de la muñeca, para que no fuera vistoso por si quedaba mal y para poder apreciarlo tambíen por si queda bien.
El amigo de mi amigo nos entregó papel mantequilla y lápices grafito para poder trazar lo que quisiermos hacer. Tracé el dibujo lo mejor que pude. Luego con un desodorante en bola aplicó la marca de grafito en mi muñeca.
Si quieres hacer la máquina de tatuar más triste del mundo, debes seguir el ejemplo de este tatuador. Toma un tubo hueco de lápiz bic; introduce un alambre que debe ir enlazado como viela a una circunferencia que gira con un pequeño motor a pilas. Al cabo del alambre ata una aguja común y corriente con hilo de coser. La tinta china debes aplicarla sumergiendo el artilugio.
El tatuaje quedó bastante bien, con una silueta demarcada y vistosa, que se descoloró cuando la pus y la costra sanaron la herida.
Pero seguía sin saber el signifcado de la letra china o kanji que me había tatuado. En la biblioteca pública había un gran diccionario Japonés-Inglés, pero que no tenía una sección de kanji, sino solo el listado de palabras en japonés. Estuve toda una jornada, hojeando todas las entradas para identificar el signo que me había hecho.
Finalmente tuve suerte y di con el símbolo.
La entrada decía: 楽 (らく, ra ku) comfort; ease.
Un revista porno me regaló un tatuaje que significa "alivio".
Eran principalmente revistas extranjeras. Italianas con fotonovelas y mujeres de entrepierna peluda. Gringas con historietas pornográficas. Y había una que me llamó especialmente la atención que era de japón y tenía todas las tulas censuradas.
Sabía que era de japón, porque mi primo me había regalado hacía unos años un diccionario de japonés para poder escribir mi primera novela de ciencia ficción sobre un viajero en el tiempo que regresa a Hiroshima a rescatar personas, pero como nadie le creía decide rescatar perros vagos con una carreta. La novela nunca la escribí y tampoco nadie se salvó en Hiroshima.
Los símbolos y los dibujos de la revista porno me interesaban tanto como las fotografías de desnudos. Me fascinó un dibujo de una mujer que era recorrida por reptiles. Recorté algunos páginas de la revista y la dejé en su lugar para que mi papá no me descubriera.
Dos años después, llegó un amigo que era al mismo tiempo compañero de curso y vecino y me comentó que un compañero de liceo estaba aprendiendo a hacer tatuajes y necesitaba practicar.
Mi amigo decidió hacerse una rosa atravezada con una espada y yo decidí tatuarme alguno de los símbolos japoneses de la revista de mi papá. Al azar escogí el que me pareció más harmónico ignorando su significado.
Me lo tatué en la parte interna de la muñeca, para que no fuera vistoso por si quedaba mal y para poder apreciarlo tambíen por si queda bien.
El amigo de mi amigo nos entregó papel mantequilla y lápices grafito para poder trazar lo que quisiermos hacer. Tracé el dibujo lo mejor que pude. Luego con un desodorante en bola aplicó la marca de grafito en mi muñeca.
Si quieres hacer la máquina de tatuar más triste del mundo, debes seguir el ejemplo de este tatuador. Toma un tubo hueco de lápiz bic; introduce un alambre que debe ir enlazado como viela a una circunferencia que gira con un pequeño motor a pilas. Al cabo del alambre ata una aguja común y corriente con hilo de coser. La tinta china debes aplicarla sumergiendo el artilugio.
El tatuaje quedó bastante bien, con una silueta demarcada y vistosa, que se descoloró cuando la pus y la costra sanaron la herida.
Pero seguía sin saber el signifcado de la letra china o kanji que me había tatuado. En la biblioteca pública había un gran diccionario Japonés-Inglés, pero que no tenía una sección de kanji, sino solo el listado de palabras en japonés. Estuve toda una jornada, hojeando todas las entradas para identificar el signo que me había hecho.
Finalmente tuve suerte y di con el símbolo.
La entrada decía: 楽 (らく, ra ku) comfort; ease.
Un revista porno me regaló un tatuaje que significa "alivio".
Etiquetas: Cuentos miserables
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